Chicotazos

• Saber perder (o el burro hablando de orejas)

Por Francisco Javier Flores V.

En declaraciones a reporteros de Chilpancingo, el presidente del comité directivo estatal del PRI, Alejandro Bravo Abarca, se quejó de que la del domingo pasado, cuando el partido Morena arrasó en la votación ganando la mayoría de los cargos en disputa, fue una elección de estado.

Acusó, sin mostrar pruebas más que sus palabras, que los partidos opositores se enfrentaron a toda la maquinaria oficial, a los programas sociales de la Federación y a prácticas como el acarreo de votantes.

Quienes conocen la historia y para hablar en términos utilizados por la chaviza hoy en día, le dirían al dirigente priísta: ¡Pero si hola!, aunque hay algunos dichos populares que se amoldarían más, como “el burro hablando de orejas” o “el comal le dijo a la olla ¡quítate de aquí tiznada!”.

Se entiende que ante la impotencia de ver cómo cada elección que pasa su otrora partido poderoso sigue menguando su fuerza, va perdiendo espacios sufriendo estrepitosas y vergonzantes derrotas en las urnas, el señor Bravo Abarca lance exabruptos, sin reflexionar que para tener larga la lengua, hay que tener la cola corta.

Parece que ya se le olvidó quién inventó esas prácticas como el carrusel, la operación tamal, el ratón loco, la cooptación, el corporativismo o de plano la compra descarada de votos y tantas y tantas artimañas que eran las que realmente le hacían ganar las elecciones.

Sin ánimo de entrar en defensa de Morena, que no dudamos en algunos casos aplique sus propias estrategias para allegarse de votantes, bien haría el presidente del PRI un ejercicio de autocrítica partidista, reflexionar el por qué su partido ha caído a niveles tan bajos de aceptación y dejar de andar buscando culpables de sus derrotas en sus vecinos de enfrente.