Chicotazos

Chicotazos

7 noviembre, 2024 0 Por Cuadrante Azul
  • Aguas negras: De la vergüenza al desinterés

Por Francisco Javier Flores V.

Las aguas negras corriendo a flor de tierra –o de pavimento, cuando se trata de una gran ciudad- no solamente representan una pésima imagen para cualquier lugar.

Son un auténtico y peligroso foco de infección que puede derivar en problemas mayúsculos para la salud de las familias.

Ese característico olor nauseabundo de las aguas del drenaje sanitario que brota de las alcantarillas y se esparce por calles y avenidas y contamina el ambiente, es el que mantiene inundada a buena parte de la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, en Acapulco.

Desde el acceso a las Villas Diamante y hasta cerca del paradero muy conocido como la miscelánea Los Primos, el tufo que se percibe es insoportable para quienes tienen la mala fortuna de transitar en esa ruta por primera vez.

Desde el interior de los mismos vehículos, las ganas de devolver el estómago atacan a quienes tienen la necesidad de adentrarse por la vía principal de ese asentamiento humano, que pasa por lo que queda del monumento a Colosio y se extiende hasta Rinconada del Mar.

Ya no digamos, quienes se tienen que fletar a pie ese tramo de calle, sorteando los charcos y la pequeña laguna pestilente formada porque las rejillas se encuentran taponadas.

Cientos, quizá miles de vehículos y una cantidad similar o mayor de personas transitan por ahí, con riesgo de contraer graves enfermedades gastrointestinales o por lo menos una infección estomacal.

Es imposible que por ese sitio no haya pasado alguien del Sector Salud, de CAPAMA o de Obras Públicas del Ayuntamiento y no se hayan dado cuenta de la situación que prevalece.

Imposible también, que quienes atienden la que se anuncia como Delegación Diamante de la Coordinación de Servicios Públicos Municipales, ubicada justo frente a la primaria del lugar, a menos de 50 metros de donde existe una especie de pequeña fuente de esas aguas negras, no se den por enterados.

Lo peor es que esto ocurre, precisamente, en la pomposamente llamada Zona Diamante de Acapulco, que se supone es parte de lo más exclusivo que tiene nuestro destino turístico.